Numerosas familias sirias desesperadas viajaron con las pocas pertenencias que tenían, por cualquier medio que les fue posible. Algunos caminaron cientos de kilómetros durante días, incluso semanas, buscando refugio. Otros tomaron trenes, autobuses o barcos abarrotados y no aptos a navegar por el Mediterráneo, un mar traicionero que se cobra la vida de sus seres queridos.
Esta emigración en masa, de millones de personas, ha creado una crisis humanitaria global. Desde Oriente Medio y por toda Europa, podemos ver a sirios desesperados buscando una vida libre de la guerra y la violencia.
El Papa Francisco ha sido directo en su apoyo a los sirios desplazados por el conflicto, que dura ya cinco años. El pasado mes de abril, visitó la isla griega de Lesbos, donde conoció a refugiados sirios y se trajo de vuelta a Roma con él a 12 de ellos. Además, ha invitado a todas las parroquias de Europa a que sigan su ejemplo y ofrezcan hospitalidad a una familia de refugiados.
Grecia ha estado en primera línea durante esta crisis humanitaria. Más de un millón de personas cruzaron hasta Grecia el año pasado, en embarcaciones improvisadas de traficantes de personas, y otras 150 000 en 2016. Casi la mitad viajaron desde Turquía a la pequeña isla de Lesbos. Más del 55 por ciento eran mujeres y niños.
Caritas Hellas – junto a otras Caritas hermanas – abrió un hotel en la isla de Lesbos para refugiados e inmigrantes. El personal de Caritas distribuyó alimentos, ropa y sacos de dormir a los recién llegados. La organización también trabajó con un hospital local para asegurarse de que los médicos estaban de guardia las 24 horas del día.
Según llegaban los hombres, las mujeres y los niños, traumatizados, a las playas de Lesbos, el personal de Caritas Hellas estaba a su disposición para facilitarles ayuda, consuelo y apoyo.
Seguramente, podemos hacer más por ellos. Sin lugar a dudas, las naciones pueden unirse para disminuir estos sufrimientos.
- S. Em.a Luis Antonio Cardenal Tagle en Idomeni (Grecia), octubre de 2015
Miles de migrantes sirios también se dirigieron a Atenas y, por el norte de Grecia, a la frontera de la antigua República Yugoslava de Macedonia, para intentar llegar al norte de Europa.
Caritas proporcionó alimentos y ayuda a unas 80 000 personas, 4 000 impermeables, 2 000 mochilas, así como información y asesoramiento a los refugiados, en la ciudad fronteriza de Idomeni.
Yo no quiero ser reclutado. No quiero a morir en la guerra. Mi futuro está por estos caminos.
- Mohammed, ingeniero eléctrico de Damasco
Las cocinas de campaña de Caritas Macedonia, en la frontera griega, también ofrecieron a cientos de personas, con frío y cansadas, sopa caliente, pan y té. En los meses de invierno, los voluntarios proporcionan chaquetas de abrigo, botas y sombreros, así como información sobre los peligros de la trata de personas y la explotación.
Miles de refugiados viajan largas distancias, a través de Serbia, en busca de una vida mejor y asilo político.
Los equipos de Caritas Serbia ayudaron a más de 110 000 personas vulnerables a cruzar el país. Trabajan en la frontera sur con Macedonia, las fronteras con Hungría y Croacia y en la capital de Serbia, Belgrado, los cooperantes ofrecen ropa, comida y artículos para la higiene, así como duchas e información.
Caminar por aquí es como ir a pie desde Nueva York a Perú, pero más lejos. Lo hemos conseguido.
- Un refugiado en Serbia.
Cuando Hungría cerró su frontera y los migrantes se vieron obligados a cambiar su ruta, Caritas Croacia respondió con alimentos, camas de campaña y mantas para llegadas inesperadas.
Caritas Eslovenia proporcionó alimentos de emergencia, agua y puntos de internet. Recibió ayuda de Caritas Hungría, que envió a un equipo médico, para instalar tiendas de asistencia a la salud, en un campamento de tránsito, destinado a 2 000 personas, pero que alojó hasta 20 000 en los peores momentos de la crisis.
Tenían las lágrimas a los ojos. No me puedo ni imaginar las dificultades que han pasado
- Jana Lampe, de Caritas Eslovenia
Con la ayuda de más de 15 000 voluntarios, Caritas Austria proporcionó alimentos, agua, paquetes con artículos para la higiene, ropa, refugio e información. Caritas también está jugando un papel importante como enlace entre las comunidades locales y los refugiados, proporcionando información valiosa y fomentando la interacción directa, entre los desplazados y la comunidad de acogida.
Los habitantes de Viena proporcionan ayuda en especie a refugiados y migrantes, que llegaron a la capital austriaca tras extenuantes viajes, a través de Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia y Hungría. Foto de Caritas Austria